martes, 22 de marzo de 2011

Una prometedora oferta de trabajo.

Suena el despertador del móvil, Valse d'amelie de Yann Tiersen, concretamente.
Svetlana despierta y se estira en la cama. Las 8: 30 de la mañana.
El olor que proviene de la planta baja penetra fuertemente en su nariz, seguramente su madre esté abajo preparando unas tostadas con café, decide quedarse un rato mas sobre el colchón
Viktoria , su hermana pequeña de 4 años entra en la habitación con paso sigiloso, entre sus labios, una melodía en su lengua natal lucha por no desafinar.
Ardua tarea tratándose de una boca desdentada. Desiste en el quinto intento, mejor pasar al plan B, a su hermana siempre le gusta que le abracen en la cama.
Y así es, las hermanas se funden en un abrazo. ¿Qué tendrá ese duende de ojos verdes y blanca melena para transmitir tanta paz? se pregunta Svetlana.

8: 30 de la mañana. El puño de Oleg impacta fuertemente sobre una muchacha que todavía no sobrepasa la mayoría de edad.
-En la tripa no! En la tripa no.. aúlla la garganta de Svetlana.
No hay nanas en ruso ni olor a café.
En este apartamento lo único que huele es el orgullo de otras tantas chicas como Svetlana, obligadas a explotar su cuerpo a cambio de un par de sucios billetes de 50 euros.