lunes, 9 de agosto de 2010

4 paredes llenas de ti.

Eché un último vistazo a esa habitación.
En tu escritorio una nota escoltada por un cigarrillo dejaba constancia de que yo había estado allí.
Aspiré con fuerza y envolví mi corazón con tu aroma.
Me di media vuelta y cerré esa puerta sabiendo a ciencia cierta que también nos estaba echando el cerrojo a nosotras.

10 comentarios:

  1. Deja siempre la puerta entreabierta porque nunca sabes si vas a volver a entrar...

    ResponderEliminar
  2. pero cuando una puerta se cierra...


    (ya sabes lo que dicen)

    ;)

    ResponderEliminar
  3. no... :( qué triste es cerrar puertas para siempre. Deberías dejarla entornada, solo por si acaso.

    (increíble tu blog hoy, increíble)

    ResponderEliminar
  4. Siempre que se cierra una puerta, se abre otra de nueva. O eso dicen... :D

    ResponderEliminar
  5. Probabalemente ese aroma no se vaya nunca de tu corazón...

    ResponderEliminar
  6. entre pomos puertas y paredes hay mucho secreto suelto. seguro que cuchichean entre ellas las mil cosas que pasan delante de sus ojos, y a veces, lo mal que las tratan -hablando lujuriosamente-.

    ResponderEliminar
  7. Si, es el Templo de Debod, estuve unos dias por Madrid y tuve la suerte de pasar una tarde allí.
    Un besito

    ResponderEliminar
  8. Guarda la llave, por si acaso. Siempre será mejor que llamar a un cerrajero.

    ResponderEliminar
  9. eso de echar cerrojos asi como asi puede traer luego problemas...
    muá

    ResponderEliminar
  10. LA NOVIA CADAVER, como bien me dijiste, ME ENCANTÓ.
    no puedo decirte nada más:)

    ResponderEliminar