Ahora se encuentra frente a él, los dos sentados en sofá de este pequeño apartamento, con una taza de café sobre la mesa un millón de recuerdos a sus espaldas y el corazón cargado de balas con sabor sentimiento.
-Te echaré de menos
Se abrazan, se abrazan como solían hacerlo antes, como sólo ellos sabían hacer.
Ana siente que vuelve a tener 14 años, los brazos de Ismael la transportan en el tiempo.
A Ismael se le humedecen los ojos, el olor de Ana lo transporta en el tiempo.
Y justo encima de la mesita en la que mi compañera de piso y yo dejamos las llaves de casa, un billete de avión.
¿La capital de Hungría era?
Yo no se que hace aun pensándoselo, que corra hacia el avión!!
ResponderEliminarUn beso!
Un abrazo de esos convence de cualquier cosa, por largo y peligroso que pueda ser el viaje. el miedo es menos miedo entre abrazos.
ResponderEliminar:)
Una persona así no desaparecerá nunca, créeme
ResponderEliminarA Budapest dices? Si, muy lejos. Demasiado :( Cuando vuelvan a verse los dos habrán cambiado mucho. Es una pena.
ResponderEliminarMuac.
Budapest, es es la capital!
ResponderEliminarcoincido con soñadora, debería correr hacia el avión!
muá
¿Sólo un billete? ¿Sólo ida? Ya tarda... Kisses!
ResponderEliminarBalas con sabor sentimiento... Guau.
ResponderEliminarde que me suena esta historia?
ResponderEliminar¡Me encanta!
ResponderEliminarOjalá pudieramos volver a sentir abrazos cuando queremos recordarlos...
Me encantan esos abrazos,
ResponderEliminar(beso y cosquillas
en la tripa)