El suelo estaba frío, entró al cuarto de baño con la intención de afeitarse y vio dos cepillos de dientes. Golpeó con rabia los azulejos de la pared y se quedó inmóvil. Inerte. Inactivo. Indoliente.
Empezó a masturbarse pensando en ella.
Unos kilómetros mas hacia el sur Ana también entraba en el baño, frunció el ceño al recordar dónde estaba su cepillo de dientes, pero sonrió al mirar hacia la cama. David estaba dormido.
Sexo a solas, sexo sin éxito que nunca existió.
ResponderEliminarSexo limpio sabor dentífrico.
Sexo es...pero qué diferente amiga!
¿volvemos a vernos?
Cierto aire de revancha, muy bien escrito...besos.
ResponderEliminarCuántas cosas en tan poquitas palabras.
ResponderEliminarDesgarrador.
Tan real como la vida misma.
ResponderEliminarOu, yeah.
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