viernes, 17 de febrero de 2012

Esto no se para.

El suelo estaba frío, entró al cuarto de baño con la intención de afeitarse y vio dos cepillos de dientes. Golpeó con rabia los azulejos de la pared y se quedó inmóvil. Inerte. Inactivo. Indoliente.
Empezó a masturbarse pensando en ella.

Unos kilómetros mas hacia el sur Ana también entraba en el baño, frunció el ceño al recordar dónde estaba su cepillo de dientes, pero sonrió al mirar hacia la cama. David estaba dormido.

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