viernes, 26 de marzo de 2010

Entre andenes

Todo empezó en una caótica Av. América.
Tan caótica como perdida mi mirada en aquel andén, nunca eres consciente al 100% de lo que pasa hasta que lo vives en vivo y en directo, pero yo ya estaba intuyendo que algo no saldría del todo bien.
Ya me lo avisaban tus ojos, que tornaron a un verde demasiado triste para mi gusto, me lo gritaban tus pulsaciones.. tus pulsaciones que inevitablemente se aceleraron con el único propósito de que yo las escuchara.
-No gritéis, princesas, que os escucho perfectamente.. lo que pasa es que Papi tiene que irse un par de días.
Mi cuerpo, al parecer, también decidió entrar en el juego de las palabras y mis piernas se pusieron a temblar. Desde pequeñito fui el cobarde de clase, pero esta vez no le tenía miedo a un monstruoso "Hombre del saco" y sinceramente...estaría dispuesto a que la "Bruja piruja" me hiciera una mamada.. esta vez tenía miedo verdadero, un pánico de lo mas sincero, un pavor demasiado extremo comparado con el que yo estaba acostumbrado a tratar.
Aunque tenía el pecho totalmente roto saqué un cigarrillo de la rostroñosa caja de Lucky Strike. Humo en mis pulmones para alargar un par de minutitos mas mi estancia contigo.
Volvamos al lenguaje de los gestos:
Caricia/mirada/beso/sonrisa/beso/beso/beso/beso/beso/beso/beso/beso..
-Diles a las niñas que en cuanto pueda volveré a verlas, que no me odien demasiado por dejarlas abandonadas.
-No te preocupes , ellas no te odian. Saben perfectamente que toda esta mierda no depende de ti.
-Te quiero, cariño.
-Te quiero!. Piensa en mi!.
Todo acabó en una caótica Av. América.

1 comentario:

  1. Pero él volverá ¿no? eso espero, si no sus niñas le echarán demasiado de menos.

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