Todas las mañanas me despierto con una niña abrazada a mi, a mi espalda. Siento como su respiración se concentra en la nuca y consigue poner de punta cada centímetro de mi piel.
Me levanto, le preparo un Nesquik calentito y me voy al trabajo.
Después de una intensa, larga y productiva jornada laboral me doy el capricho de pasearme por el parque; es entonces cuando veo aparecer a una muchacha de lo más dulce, largas son sus pestañas como abultado empieza a ser el follaje de los arboles.
Veo que desde la lejanía me sonríe y cuando quiero darme cuenta me está dando la bienvenida con un beso, sus labios saben a limón, así que.. posiblemente haya decidido amenizar la espera con un helado. Nos pasamos la tarde comentando (la palabra criticar es muy fea) las vestimentas y comportamientos de la gente que nos rodea y de repente observo como empieza a arrancar el césped (la conozco, quiere darme un beso).
Le obsequio con uno de ellos, es hora de irme. Me guiña un ojo y sin perder la sonrisa da media vuelta, tan frenéticamente que casi se come a una pareja de ancianos que caminaban de la mano.
-Es la viva imagen de la inocencia- pienso yo.
Al llegar a casa escucho unos gorgoritos que se escapan de la ducha, vaya, hoy ella ha llegado a casa antes que yo. Trabaja como psicóloga en un hospital, así que.. nunca sé muy bien a que hora acabará llegando a casa( tanto pacientes como trabajadores nos vemos sometidos a la ya famosa frase de "Sabes cuándo entras pero nunca cuándo sales").
Sale de la ducha sin ningún tipo de prenda que la cubra, desnuda, y a mi me cuesta controlar el irrefrenable deseo de ir tras ella en lugar de hacer la cena.
Una vez cambiada, y mientras pone la mesa, me pega un pellizco dónde la espalda pierde su nombre:
-Auuu!.
-Auuu!.
-Vaya remontada la del Barcelona ayer, ¿no?.
Reímos, nos miramos y la beso. Hoy no hay cena, pasamos directamente a los postres.
Creo que nuestra relación es envidiada por el resto de los mortales.No existen rutinas, Camille no es una fémina convencional, en ella hay espíritu de niña, muchacha y mujer.
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ResponderEliminarpues yo... me quedo con la Camille que come helado de limón y arranca el cesped para que la besen.
ResponderEliminarAhora si que si!
Vaya un caradura, tiene dos Camille(s) a falta de una.
ResponderEliminar:)
la inocencia solo sirve para q t haga daño gente asi.. capaz d engañar y destruir lo más bonito q puede tner una persona.. no se qien m da mas pena d todos
ResponderEliminarsolo hay una cosa que no me gusta...y ya sabes cual es...
ResponderEliminarA mí también me gusta la que sabe a limón. Y sin duda es única :)
ResponderEliminarDesde Marte
Mirna
jajaja gracias por pasarte otro saludo para ti :)
ResponderEliminarPor muy bien acompañado que estés siempre es mejor sola... :P
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